Cecinas Von Unger - Rancagua

La irrupción de la antigua fábrica de Cecinas von Unger ubicada en calle Campos 236 en la ciudad de Rancagua, se remonta al año 1946 en el concierto de un país que se levantaba tras el fin de la segunda guerra mundial. Walter von Unger Simelmmann, quien como tantos otros, trataba de reponerse a los efectos colaterales de este hito bélico, puso su empeño en desarrollar, con las típicas recetas alemanas, los que con los años se convertiría en una imagen que perduraría en el consciente colectivo de la ciudad hasta el día de hoy.

Cada año don Walter llevaba a cabo su particular "fiesta del chancho" donde invitaba a decenas de amigos a quienes deleitaba con sus recetas artesanales. Esas mismas personas le impulsaron para que convirtiera este hobby en un desafío personal y, sin  

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proponérselo, en muy poco tiempo ya abría la primera carnicería con algunos productos de su propia manufactura.

Tal fue su éxito que en pocos meses ya recorría por Rancagua el dato de las cecinas alemanas hasta convertirse en líder en su rubro. Años después fueron los hijos de don Walter quienes ingresaron a la empresa, primero Carlos, luego Eric, María Elena con una pastelería junto a la fábrica y, finalmente su hijo mayor quien llevaba el mismo nombre, Walter.

Junto con el gran éxito de la fábrica a principios de los años 80 comienza a funcionar en la carretera panamericana lo que se convertiría en un alto obligado tanto para Rancagüinos como para foráneos: El Restaurant Münich.

En los últimos 30 años, Eric mantuvo hasta sus últimos días el legado al cual consagró gran parte de su vida con cariño y dedicación. 72 años después, la tercera generación asume el relevo con el desafío de impulsar a esta señera fábrica de cecinas e insertarla en el siglo XXI con un crecimiento sostenido sin abandonar jamás sus orígenes y resguardando con amor las recetas originales y el esmero que siempre han caracterizado a esta conocida familia de Rancagua.